viernes, 4 de mayo de 2007

La Problematica


Entre la loma de los González y la loma de los Parra, a la altura de la transversal inferior se presenta una situación única de convivencia sin contacto.
A un lado del muro (de adentro) se encuentran los habitantes de los conjuntos cerrados. Habitantes que no llevan más de 20 años en la zona. Gente algo independiente, algo indiferente, bastante acomodada. Desconocen casi por completo a los habitantes del barrio -como los llaman- y su historia.

Al otro lado (afuera) están los de siempre, los González y vecinos, los culpables, que la loma se llame así. Habitantes de más de 200 años - subíamos el mercado al hombro desde la avenida el Poblado, cuando solo pasaban escaleras por allí - nos dice Juan Rafael. Son portadores de una memoria viva, ligada completamente a su territorio. Saben perfectamente que la existencia de su barrio peligra, por lo que deben mantenerse unidos. Y lo logran, son una comunidad.
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Rompiendo Las Barreras Imaginarias: El Chispero vs. El Poblado



EL CHISPERO: PUNTO DE ENCUENTRO

Denominan el chispero a una zona del barrio donde se concentran varios equipos de sonido poderosos (baffles de casi 2m), los cuales usan los jóvenes más rebeldes para poner ese “tran” tan repetitivo – en lugar de poner un porro bien sabroso, con una letra bien sentida que lo haga a uno como sentirse bailando y que lo haga dormir – nos dice Beatriz.

Para los vecinos del barrio como para los de los conjuntos cerrados, el chispero es sinónimo de discordia e incomodidad.
Precisamente es nuestra intención que el chispero se convierta en punto de encuentro entre estos dos grupos sociales tan distantes. Queremos hacer un chispero que congregue, que cause comunidad. Se realizó el jueves 3 de mayo, a las 8pm.


LA ESTRATEGIA

Visitando casa por casa a la gente del barrio, hicimos convocatoria entregándoles una invitación sencilla y sugestiva, contándoles de manera informal lo que sucedería el jueves en la noche. En los conjuntos cerrados cercanos, se entregó un volante que busca generar expectativa frente al evento. 400 invitaciones, 200 volantes.

Como lugar de encuentro se seleccionó El Patio, esquina de activa vida social y próxima a dos conjuntos cerrados, cuenta la gente que era su epicentro antes de tener La Sede Social. Durante la tarde del jueves se hizo el montaje, apoyados por algunos adultos y niños del vecindario. Los primeros colaboraron con muebles, espacios y equipos. Los pequeños hermosearon el espacio, decorando los telones de fondo.

El objetivo es que la gente del barrio se reafirme en su valor como comunidad y se sienta rica, aventajada, respecto a la gente de los conjuntos cerrados, con capacidad de enseñarles al respecto. Esto se buscamos invitando a que la gente del barrio hable de su vida cotidiana, de sus anécdotas e historias, reafirmando al tiempo su memoria colectiva.



El Patio.....



Los González se quedan...


Jesus Enrique Montoya Gonzáles, el señor de los 94 años...


Los dos sectores en evidencia...

Los dos sectores en evidencia...



El lavadero de Carros...


A la vaca le respetan su espacio ok...


Todo nació por los González...


La Preconcepción: Como cualquiera pensaría antes de ir a...

El Poblado
No conozco a peatones en el Poblado, todos configuran su espacio y su vida en y con el carro, las Ray-Ban las fragancias exquisitas, las telas perfectas que cubren anatomías sanas y pieles lozanas. Edificios gigantes semejando los impresionantes rascacielos y que se construyeron en primera instancia para visualizar la ciudad hoy se reducen a ver el conjunto de edificios pomposos en los que rara vez me detengo a observar el rostro vecino.

Las disposiciones espaciales dentro de las casas se amplían con espejos y el bien ponderado Feng-Shui. El espacio público se reduce a una piscina y semejando a la época medieval, los porteros hacen las veces de murallas que protegen al rey, la reina, los príncipes y al castillo.
El poblado huele a asfalto aséptico, a sabanas limpiecitas y a artificios deseados.

El chispero

La gente pulula en las calles por las mañanas, porque por la noche la frontera imaginaria se reafirma y nadie se atreve a cruzarla, las casas son de 1 o 3 pisos por mucho, son pequeñas, algunas tienen fachadas del terracota ladrillo y otras juegan con colores no pre-establecidos por los cancones urbanos: verde limón e incluso rojo.Las calles son empinadas y se obtiene un visión panorámica de Medellín, la cual saben les pertenecen que los habita.

El comercio informal se evidencia en tiendas con fachadas de casas y las rapitiendas parecen ser el único punto de encuentro para sus habitantes. Los niños reconocen su lugar y la noción urbanística y megalítica de parque se reduce a los pedazos de pasto y de arena que se encuentren.
El chispero no huele a ambientador ni a carolina Herrera, el chispero huele a sudor y empanada.

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